Los dispositivos conectados son una parte importante de nuestra vida cotidiana. Desintoxicarse del smartphone es un reto importante. Aquí tienes 5 buenas prácticas para reducir el uso excesivo de tu smartphone.
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1. Sea consciente de su uso actual
Analiza el tiempo que pasas frente a la pantalla: utiliza aplicaciones integradas como Screen Time o Digital Wellbeing para saber cuánto tiempo pasas frente al teléfono y en qué aplicaciones.
Identifica tus desencadenantes: anota los momentos en los que sientes la necesidad de consultar el teléfono (aburrimiento, notificaciones, estrés, etc.).
2. Establecer límites claros
Define momentos en los que no utilizarás el teléfono. Por ejemplo: no lo uses durante las comidas ni una hora antes de acostarte.
Utiliza el modo "no molestar" o "concentración": actívalo para limitar las interrupciones por notificaciones.
Programe descansos sin pantalla: utilice técnicas como el bloqueo del tiempo para programar momentos sin teléfono durante el día.
Separe lo privado de lo profesional. Apaga el teléfono del trabajo en cuanto salgas de él y viceversa. En caso de emergencia, la gente siempre encontrará la forma de localizarte.
3. Modificar su entorno digital
Desactiva las notificaciones innecesarias. ¿Qué puede ser más eficaz que dejar de recibir este recordatorio constante de lo que ocurre en tus distintas redes, y a veces una alerta sólo publicitaria? Conserva sólo las imprescindibles (llamadas, mensajes importantes).
Mantén el teléfono fuera de tu alcance: ponlo en otra habitación o en un cajón cuando estés concentrado.
Elimine las aplicaciones adictivas: si es posible, desinstale o restrinja el acceso a las aplicaciones que consumen mucho tiempo (como las redes sociales).
4. Crear hábitos alternativos
Mantén las manos y la mente ocupadas: sustituye el desplazamiento por actividades enriquecedoras como la lectura, el deporte, la meditación o una actividad creativa.
Invierte en un despertador clásico: así evitarás utilizar el móvil como despertador y, por tanto, caer en la trampa de la pantalla a primera hora de la mañana.
Planifique momentos sin pantalla con otras personas: participe en actividades en grupo o en familia que no requieran tecnología.
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5. Establecer objetivos progresivos
Reduzca gradualmente la cantidad de tiempo que lo utiliza: de 10 a 15 minutos al día o a la semana.
Haz un reto sin teléfono: intenta pasar un día entero o un fin de semana sin teléfono para ver cómo te sientes.