¿Y si ciertas palabras se hubieran convertido en estrellas? La crisis de COVID-19 ha cambiado nuestro lenguaje. Palabras como a distancia, videoconferencia... ¡y teletrabajo han entrado de repente en nuestra vida laboral cotidiana! Este último era temido por algunos, pero deseado por otros. Lleva años intentando encontrar su lugar, y ahora es objeto de mucha atención, incluso en la función pública. Alexandra David-Ardite, consultora y formadora en gestión, comunicación y negociación, señala cómo formar a los empleados y a sus jefes para que el teletrabajo sea un éxito.
Al igual que el sector privado, el sector público se enfrentó a un cambio repentino y a la necesidad urgente de adaptarse a la crisis sanitaria. Se había acabado el tiempo del "por qué" y había que avanzar y trabajar en el "cómo". ¿Cómo podíamos trabajar fuera de las instalaciones, utilizando técnicas de información y comunicación adecuadas? Pero sobre todo, a diferencia del sector privado, ¿cómo podíamos garantizar la continuidad del servicio público y la protección de nuestros empleados? En el sector público, la introducción del teletrabajo ha tropezado con problemas específicos de gestión. Eliminar estos obstáculos requiere una comunicación dedicada, prácticas de gestión modernizadas y una formación adaptada a las necesidades de los empleados.
Más de un millón de funcionarios del Estado francés teletrabajan
En total, la función pública emplea a unos 5,6 millones de personas en sus tres ramas (estatal, regional y hospitalaria).
Para el Ministro de Transformación y Función Pública, casi la mitad de los 2,5 millones de empleados de la función pública francesa tienen asignaciones compatibles con el teletrabajo. Esto es lo que dijo en una entrevista con el periódico Le parisien (31/08/21), al tiempo que señala que determinadas funciones no se ven afectadas (agentes de policía, profesores, personal médico, etc.). "Rechazo la idea de que la función pública sea necesariamente rígida, seguidista o atrasada".defendió a Amélie de Montchalin. "Como mayor empleador de Francia, tenemos que ser una fuente de ideas para la empresa.
Sin embargo, en la primavera de 2020, el primer confinamiento reveló que la función pública estaba muy retrasada en materia de teletrabajo: falta de equipos, procedimientos adecuados, dificultades de gestión, necesidades de formación, etc. Según una encuesta de Wimi-Ipsos (diciembre de 2020), 73 % de los agentes consideran que su organización no estaba preparada para afrontar el primer encierro (frente al 52 % de los empleados). Siguen pensando lo mismo 51 % para el segundo encierro (frente a 40 % de los empleados).
Teletrabajo: eliminar los obstáculos
Antes de la pandemia, había muchos obstáculos técnicos y psicológicos. Pero durante el primer confinamiento, hasta 80 agentes % en los servicios centrales y 50 % en los servicios descentralizados, recordó el Ministro. París sobre la función pública estatal En la función pública territorial, "No nos planteamos ninguna cuestión legal, porque la necesidad era la ley".Johan Theuret, Presidente de la Association des DRH de grandes collectivités (ADRHGCT), declaró a Capital.fr (22/06/20).
Obstáculos técnicos y organizativos
El teletrabajo lleva años intentando asentarse, pero se ha topado con reticencias, no sólo de las organizaciones, sino también de los empleados.
Distanciada de la cultura de la telegestión por su cultura de control, la función pública carece de la confianza, los métodos, las herramientas y la práctica de la telegestión. También se enfrenta a lael reto de la seguridad de los datosAlgunas administraciones procesan datos sensibles y confidenciales. Su viabilidad técnica y organizativa es un problema desde hace tiempo.
Falta de formación y apoyo
Pero el problema no era sólo la viabilidad, sino todo lo contrario:
- límite entre trabajo y vida privada ;
- quiere desconectar;
- el miedo de los empleados al aislamiento y la pérdida de espíritu de equipo;
- necesidad de cohesión social, sentido y motivación.
La cruel falta de formación y apoyo sólo sirvió para reforzar los temores de todos.
La crisis de COVID-19 arrasó finalmente con todo a su paso y contribuyó a acabar con los estereotipos sobre el teletrabajo. Desde el punto de vista técnico y organizativo, fue incluso una oportunidad para encontrar respuestas concretas en un tiempo récord.
Un marco jurídico facilitador
El teletrabajo se inscribe ahora en un nuevo marco jurídico.
Antes regulado por decreto, el teletrabajo está ahora regulado por elacuerdo marco de 13 de julio de 2021 cuyo objetivo es facilitar su aplicación manteniendo la continuidad del servicio público. Este acuerdo crea una base común para los tres servicios públicos. Los empleados pueden teletrabajar hasta tres días a la semana con la autorización de sus superiores. Este trabajo a distancia puede realizarse en su domicilio o en un tercer lugar. Deben tener acceso a herramientas digitales para realizar su trabajo y comunicarse, incluso con los usuarios. Este nuevo marco es aplicable desde el 1er Septiembre de 2021.
Teletrabajo: ventajas e inconvenientes
¿Cuáles son las ventajas y los inconvenientes del teletrabajo en la función pública? No son muy diferentes de las del sector privado, y ya han sido identificadas. Ventajas: ahorro de tiempo, sobre todo en transporte, mayor autonomía, mayor productividad en un entorno tranquilo, mejor equilibrio entre trabajo y vida privada. Limitaciones: Desconexión difícil, sobrecarga de trabajo, menor cohesión del equipo, dificultades de concentración, falta de seguimiento.
La situación y la experiencia de cada agente son diferentes.
Formación para adaptarse al teletrabajo
¿Qué hace falta para ser un teletrabajador eficaz? Tiene que ser autónomo, controlar su trabajo, tener buenas dotes organizativas, ser capaz de gestionar su tiempo y, por último, la capacidad de comunicación.
¿Qué se puede hacer? Una de las claves del éxito es que los directivos apoyen a su personal. Igualmente, el personal de supervisión necesita apoyo adquirir los métodos adecuados. En otras palabras, adquirir y/o desarrollar una serie de competencias que les permitan llevar a cabo estas nuevas misiones dentro de organizaciones en evolución.
¿Qué formación se necesita? El personal de supervisión se beneficiará de la formación en gestión del cambio así como identificar y dominar nuevas herramientas. Al ofrecer una mayor flexibilidad, el teletrabajo también implica establecer una relación de confianza con los equipos. Por tanto, la comunicación debe ser adecuada y motivadora. En este ámbito, dominar el técnicas de retroalimentación y saber adaptar la forma en que comunicarse por vídeo son activos.
Estas nuevas formas de liderar y dirigir la empresa serán una garantía de éxito y confianza. Tanto para los equipos como para los directivos, siempre que apoyemos el desarrollo de las capacidades de todos.