Eres un gestor de tipo “delegado”
Prestas especial atención a la organización y delegación del trabajo de tu equipo. En casa, el método es el aspecto más agudo de la gestión. Pero pragmatismo A veces puede hacernos olvidar lo que está afectando y hacer que el trabajo sea demasiado “mecánico”. tal vez podrías Considere el aspecto más relacional de su comunicación.. Otra opción: permanecer lo más cerca posible del seguimiento de los proyectos.
Sus puntos fuertes
- Eres organizado.
- Empoderas a tus empleados.
- Dejas la autonomía.
- Muestras gratitud a tus equipos.
- Involucras y desarrollas a tus empleados.
El gestor delegado en situaciones de alto riesgo
Dos ejemplos:
En un situación de conflicto, el directivo predominantemente “delegativo” se disociará de la situación y de sus compañeros. Les pedirá que resuelvan el problema entre ellos. A falta de solución, decidirá solo o pospondrá la resolución del litigio para más adelante.
Frente a un recorte presupuestario, reunirá a sus colegas y les pedirá que presenten propuestas para adaptar ellos mismos sus presupuestos.
Tus áreas de mejora
Mejora tu comunicación directa
¿Por qué?
El exceso de confianza y autonomía puede conducir a una falta de comunicación y significado. Comunicarse más directamente le permite garantizar un mejor seguimiento de cada empleado, fortalecer la cohesión y aumentar la productividad.
¿Cómo lo hacemos?
Sea un buen oyente, especialmente a través de la comunicación no verbal, hable con facilidad, adapta tu comunicación a tu interlocutor y elegir el canal de comunicación adecuado, criticar constructivamente y aceptar las críticas.
Acércate a tu equipo
¿Por qué?
Conocer mejor a sus empleados le permite asignarles misiones que correspondan a sus habilidades y fuentes de motivación. Ésta es una de las claves para conseguir que cada uno dé lo mejor de sí mismo.. Más motivación = más rendimiento.
¿Cómo lo hacemos?
Desarrollar un escucha empática de tus colegas, saludar sus éxitos y darles marcas de reconocimiento, tomar ventaja en caso de conflicto. En otras palabras, (re)ponga el elemento humano en su estilo de gestión.
¿Qué resultados concretos?
- Comunicación clara y positiva.
- Menos insinuaciones u otros malentendidos, menos conflictos
- Más espontaneidad y energía positiva.
- Más apoyo e implicación de los empleados
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