Las "personalidades difíciles" de ciertos empleados pueden socavar el rendimiento de un equipo o incluso de la empresa en su conjunto, aumentar los riesgos psicosociales y dañar la marca del empleador. Nuestra experta, Stéphanie Roels, nos da sus consejos sobre cómo tratar los cuatro tipos de personalidad más difíciles en el lugar de trabajo.
Estas son cifras que llaman la atención sobre: 20 a 25 gestores % tienen un trastorno de la personalidad, según un estudio realizado entre 11.862 directivos*. No existen estadísticas oficiales sobre la prevalencia de este tipo de trastornos en el lugar de trabajo, tomando todas las categorías de trabajadores juntas. Pero en la población general, la prevalencia ronda el 10 %. En otras palabras, ¡los directivos están sobrerrepresentados!
Un trastorno de la personalidad aumenta el riesgo de comportarse de forma inadecuada, intencionadamente o no. Por supuesto, todos somos propensos a adoptar comportamientos que pueden ser percibidos por los demás como difíciles de vivir en determinados momentos. Estos comportamientos pueden ser perjudiciales para nuestro rendimiento profesional o el de los demás. Sobre todo cuando estamos estresados, cansados o deprimidos. Sin embargo, los individuos con las personalidades más difíciles tienen un riesgo constante de comportamientos inadecuados.
Los comportamientos inadecuados pueden darse a varios niveles dentro de la empresa:
- Un directivo puede tener que tratar con un empleado de personalidad difícil;
- un directivo puede tener una personalidad difícil para sus colegas.
Pero antes de nada, ¿qué es una personalidad difícil?
La personalidad se refiere a un conjunto de características psicológicas permanentes en un individuo: cognitivas, emocionales y conductuales. Todos tenemos una personalidad única. Dicho esto, los tipos de personalidad pueden diferenciarse observando las correlaciones entre los rasgos de personalidad.
Las personalidades difíciles son en realidad trastornos de la personalidad que corresponden a tipos de personalidad patológicos. Describir una personalidad como patológica, tres criterios deben cumplirse:
- el sufrimiento de la persona y/o de quienes la rodean;
- su rigidez, es decir, su escasa capacidad de adaptación;
- la estabilidad de este estado a lo largo del tiempo.
Cabe señalar que existe una gradación entre casos leves y graves.
¿Cuáles son los riesgos para la empresa?
Un directivo que supervisa a una personalidad difícil corre el riesgo de centrarse excesivamente en esa persona en detrimento de las demás. Ante el fracaso, puede sentirse impotente y perder la confianza en sí mismo. En los equipos afectados, esto aumenta el riesgo de riesgos psicosociales, EL Rotación y elabsentismo.
En términos más generales, para la empresa, estas situaciones son perjudiciales para la cooperación, el rendimiento general y la marca de empleador.
Gestionar eficazmente las personalidades difíciles es, por tanto, crucial para prevenir estos riesgos y preservar el clima social, la confianza de los empleados en su gestión y el rendimiento de la empresa.
¿Cómo reconocer y gestionar las personalidades difíciles?
En la empresa, los cuatro tipos de personalidad más difíciles de gestionar en funciones directivas son el desconfiado, el perfeccionista, el rey y el depredador. ¿Puede identificarlos en su entorno profesional? ¿Qué comportamiento debe adoptar para hacer frente a estas situaciones en el trabajo, o incluso para protegerse? He aquí un resumen...
1/ El desconfiado
La persona desconfiada padece un trastorno paranoide de la personalidad. Este trastorno se refiere a 7.3 % de directivos*.
¿Cómo se reconoce?
Desde el principio, sentirás una tensión en la relación, como si tuvieras que estar a la altura de las circunstancias. Las personas desconfiadas se muestran distantes a primera vista. Están en guardia porque dudan de la lealtad de los demás. Secreto y aisladoNo pide consejo a sus colegas y muestra una necesidad excesiva de hacerlo todo él mismo. OrgullosoNo sienten que se reconozca su verdadera valía, por lo que denigran a los demás y se quejan sin cesar. Sometidos a un gran estrés, se vuelven muy procedimental por espíritu de venganza. RígidoEs muy sensible y no acepta las críticas. Se imagina que le están difamando y malinterpreta acontecimientos triviales. Genera conflictos perpetuos. Todas estas actitudes hacen imposible establecer relaciones de verdadera colaboración.
¿Cómo se gestiona?
Cuando trates con una persona desconfiada, debes limitar sus interpretaciones paranoicas y sus reacciones de estrés. Hable con sencillez y claridad. Evite las insinuaciones y la ambigüedad. Asegúrese también de seguir siendo lógicos, coherentes, previsibles y fiables. Para prevenir conflictos y tensiones, evita las luchas de poder. Para ello, no entres en debates sobre ideas y no intentes razonar con él. Protege su ego cumpliendo escrupulosamente las formalidades. Sea cortés, tranquilo y profesional.
Con los cautelosos, recuerda estas dos palabras clave: claridad y formalismo.
2/ El perfeccionista
Los perfeccionistas padecen un trastorno obsesivo de la personalidad. Este trastorno se refiere a 11.6 % de directivos*.
¿Cómo se reconoce?
Los perfeccionistas se preocupan por los detalles, las normas, la organización y los planes. Se muestran concienzudo, incluso rígido, en cuestiones de procedimiento. Se aferra a sus valores y opiniones. Como resultado, carece de altura y puede perder de vista el propósito de sus acciones. Excesivamente devoto, también puede implicarse profesionalmente hasta la extenuación en caso de gran carga de trabajo durante un periodo prolongado.
Como un manager, el perfeccionista se muestra autoritario y excesivamente controlador. Es muy sensible a las críticas de sus superiores.
¿Cómo se gestiona?
Gestionar al perfeccionista significa sobre todo limita tu estrés y las reacciones resultantes (rigidez, exceso de trabajo, control excesivo, etc.). Deja que planifiquen y organicen su trabajo a su manera. Evítales la urgencia y los cambios de horario. Muéstrate confiable, riguroso y puntual. Asegúrate de expresar tu gratitud por su organización y rigor.
Para mantener su rendimiento profesional, debes respetar su zona de confort. En otras palabras, no les pongas en una situación que requiera creatividad, adaptación o flexibilidad.
3/ El rey
El Rey padece un trastorno narcisista grandioso de la personalidad. Este trastorno se refiere a 10.3 % de directivos*.
¿Cómo se reconoce?
El rey se cree por encima de la ley en virtud de su superioridad. Se comporta con arrogancia y espera que sus exigencias se cumplan primero. Cree que es especial: sólo las personas del más alto nivel pueden entenderle. Megalómano, es habitado por fantasías de logros grandiosos cuyo logro reside en la simple expresión de su inmenso talento. Para él, nada puede igualar el poder de su incomparable genio natural. No le sirven los razonamientos racionales basados en datos objetivos. Manipulador, utiliza a los demás. para conseguir sus propios fines. Carece de empatía. Es decir, no identifica ni tiene en cuenta los intereses y sentimientos de los demás.
¿Cómo se gestiona?
Al tratar con este manipulador, hay que estar muy atento. Debe establece tus límites y haz valer tu ámbito de actuación. No dejes que se aprovechen de ti ni te intimiden con amenazas, halagos o culpabilizaciones: "Cuidado si tú...", "Eres el mejor..." o "Después de todo lo que he hecho por ti...". Y sobre todo, no te adaptes en exceso a sus exigencias.
Para mantener el compromiso del Rey, expresa tu gratitud siempre que sea sincera. Y sé parco en tus críticas: deben ser muy objetivas y parcas.
4/ El depredador
El depredador sufre una psicopatía primaria que se encuentra en entre 20 directivos del %según una encuesta realizada a 261 ejecutivos**.
¿Cómo se reconoce?
El depredador es una personalidad narcisista, igual que el rey. Cree que está por encima de la ley, rompe las normas y actúa inmoralmente sin límites autoimpuestos. La mayoría de las veces adopta la máscara del encantador a primera vista. Hablador, socialmente hábil y excelente manipulador, explota a los demás. planeando fríamente tus acciones. Insensible y cínico, es malicioso con los demás. Mentiroso y egocéntrico, nunca se cuestiona a sí mismo.
Como un manageraparece el depredador inconsistente. Infunde una sensación de malestar y falta de libertad. Divide y conquista.
¿Cómo se gestiona?
Si te enfrentas a un manipulador malintencionado, es imperativo que aprenda a protegerse !
Mantenlo a distancia tanto física como psicológicamente:
- no te quedes solo con él;
- dar prioridad a la comunicación escrita;
- comunicar de manera objetiva y formal ;
- ser emocionalmente distante;
- no comparta información personal;
- No busques reconocimiento ni simpatía.
* Evaluación de la personalidad aberrante en el coaching de directivos: problemas de medición y tasas de prevalencia en distintos sectores laborales - De Fruyt, Wille (Universidad de Gante, Bélgica) y Furnham (University College London), REINO UNIDO) - 2013.
** Psicopatía corporativa: entrar en la paradoja y salir indemne - Katarina Fritzon (Bond University, Australia), Nathan Brooks (Central Queensland University Townsville, Australia) y Simon Croom (San Diego University, EEUU) - 2016.