En un entorno incierto -la crisis de COVID-19 aún no ha terminado-, los empleados se enfrentan a nuevas fuentes de estrés. El teletrabajo generalizado ha perturbado su vida laboral cotidiana. La vuelta al trabajo presencial, incluso en modo híbrido, vuelve a perturbar la organización del trabajo. ¿Qué estrategias de gestión del estrés funcionan ante estos nuevos retos? ¿Qué herramientas y técnicas se pueden utilizar? Sandrine Bertrand, formadora en comunicación, gestión y desarrollo personal, nos ofrece una visión general.
Originalmente, el estrés era una reacción normal de nuestro cuerpo ante una situación que nuestro cerebro percibía como peligrosa y en la que lo que estaba en juego podía ser vital. En este sentido, es una energía positiva. En el mundo actual, sin embargo, el estrés adquiere una dimensión completamente diferente, que se experimenta con mayor frecuencia de forma negativa.
Para los trabajadores, reconocer su estrés es el primer paso para mejorar su bienestar en el trabajo.
Por lo que respecta a la empresa, identificar las fuentes de estrés laboral de los empleados y apoyarles en un planteamiento de gestión del estrés es también una estrategia ganadora. ¿Cuál es la clave? Más compromiso, más creatividad y, por tanto, mejores resultados globales para la empresa.
Tras un periodo de detente y sigue (confinamientos sucesivos vinculados a la crisis COVID-19), los meses que se avecinan son aún inciertos. Teletrabajo, en modo híbrido o totalmente a distancia, vuelta temporal o definitiva al trabajo presencial... las nuevas formas de organizar el trabajo generan aprensión y, por tanto, ciertas formas de estrés entre los empleados en general, pero también entre los directivos.
Se han probado numerosas estrategias de gestión del estrés. Las nuevas herramientas, o más concretamente el uso más generalizado de aplicaciones móviles, están renovando el abanico de técnicas de gestión del estrés.
Manifestaciones de estrés.
El estrés como tal no es necesariamente visible. Lo que sí es visible u observable son sus consecuencias más o menos directas sobre la salud del trabajador (pérdida de memoria, hipertensión, etc.) y sobre su trabajo. En el trabajo, por ejemplo, el estrés puede provocar dificultades de concentración, aislamiento excesivo o falta de motivación. agotamiento. El estrés se manifiesta de muchas maneras diferentes. En la vida cotidiana, un comportamiento que se vuelve excesivo puede ser el primer signo de estrés.
Por ejemplo:
- Excesos: alcohol, tabaco, salidas, acostarse demasiado tarde, compras compulsivas... ;
- tendencia a dejar las cosas para más tarde;
- la aparición de fobias;
- tendencia a ser negativo y a utilizar un vocabulario negativo;
- dificultades en las relaciones y cambios de humor...
Pero, ¿por qué el estrés provoca malestar y problemas de salud? Ante el estrés, el cuerpo reacciona sobre la base de "¿qué me cuesta para lo que obtengo? Y cuando el esfuerzo le resulta excesivo, empieza a dejar de lado ciertas cosas.
Fuentes de estrés
Las fuentes de estrés proceden principalmente de cuatro tipos de situaciones: la pérdida de control, lo inesperado, la novedad y un ego amenazado.
Falta de confianza en sí mismo
En general, cualquier cosa que le obligue a salir de su zona de confort puede generarle estrés. Ciertos tipos de personalidad se adaptan más fácilmente a situaciones nuevas. En este ámbito, la confianza en uno mismo es un activo valioso.
Teletrabajo y vuelta a las aulas
Le teletrabajo que se introdujo en 2020 bajo presión urgente, supuso un cambio importante en la vida personal y profesional y en la organización de nuestros empleados. Luego se impuso a largo plazo. Hoy, la tendencia es hacia regresar al lugar de trabajoSigue habiendo mucha incertidumbre sobre cómo se organizará el trabajo en los próximos meses. Este periodo genera temores y, por tanto, estrés: dificultades organizativas para algunos cuando el horario se flexibiliza demasiado, alternancia imprevisible de periodos de teletrabajo y trabajo presencial, dificultades relacionales al volver a la oficina, etc.
La falta de perspectiva
A veces, el estrés es el resultado directo de una percepción dramática de las posibles consecuencias de una acción. La persona afectada es incapaz de dar el paso atrás necesario o tomar perspectiva de los acontecimientos. Puede tener expectativas demasiado altas de sí misma o de los demás. Este tipo de estrés es el resultado de una percepción negativa de la relación entre la realidad y la propia capacidad de acción.
El entorno de trabajo
El entorno laboral y el propio trabajo también pueden generar estrés o empeorarlo. Entre los factores más comunes se encuentran :
- presión mental (o carga mental) vinculada a la cantidad de trabajo, la gestión del rendimiento, etc. ;
- Cambios (cambios de software, procedimientos, reestructuraciones, etc.);
- frustración en términos de salario, reconocimiento del trabajo, desarrollo profesional, autonomía, ergonomía, condiciones de trabajo, etc;
- malas relaciones en el trabajo, ya sea entre empleados o con el público, o incluso acoso moral.
Estrategias para gestionar mejor el estrés
En general, la primera reacción ante el estrés es la negación.
El primer paso en la gestión del estrés es, por tanto, tomar conciencia de tu estado de estrés. El segundo es aceptarlo. El tercero es encontrar la voluntad de cambiar las cosas.
A partir de ahí, existen varios métodos para gestionar el estrés.
Respirar
Controlar el estrés implica esencialmente controlar la respiración. Esto ayuda a relajar el cuerpo y la mente, además de aportar la perspectiva necesaria para analizar mejor la situación. Las técnicas de relajación respiratoria ocupan muy poco espacio y tiempo, y pueden practicarse en cualquier momento del día (metro, descanso, en el trabajo, etc.). Sin embargo, pueden requerir un apoyo previo que le ayude a familiarizarse con ellas. La sofrología, por ejemplo, propone muchos ejercicios en este sentido.
Cabe destacar que el uso de aplicaciones en este campo se ha generalizado. Hay apps para practicar la "coherencia cardiaca" y "aprender" a respirar. Otras guían a los usuarios hacia la relajación y el sueño.
Medite
La meditación te permite tomar conciencia de tus reacciones y emociones ante una situación, y comprenderlas y aceptarlas mejor. Visite meditación es una forma de hiperconcentración con numerosos beneficios para la salud y la mente. Puedes ser guiado para practicarla, y muchas aplicaciones ofrecen ejercicios de meditación.
Desconectar del trabajo
Desconectar del trabajo puede significar volver a conectar con actividades de ocio (salidas, veladas, intereses, pasiones, etc.). Estos momentos te permiten distraerte y dedicar tiempo a algo que no sea el trabajo.
Para los teletrabajadores, desconectar del trabajo también significa guardar su puesto de trabajo y su equipo todas las noches. Sobre todo cuando el teletrabajo tiene lugar en una habitación que no es una oficina específica (dormitorio, salón, cocina). Por la noche y los fines de semana, el trabajo debe desaparecer del espacio vital.
Expresarse
¿Es la carga de trabajo un problema? Puede ser útil pedir una descripción del puesto y sus objetivos. En función de la respuesta, será posible visualizar mejor las tareas que corresponden al puesto. Y sobre todo las que no, con la perspectiva de aligerar la carga de trabajo.
Alivie su sentimiento de culpa
¿Conciencia profesional? ¿Perfeccionismo? Hay que saber dejarse llevar y aliviar la culpa. En otras palabras, se trata de aceptar que eres falible y que las cosas no siempre pueden ser perfectas.
Ser optimista
Aprender a ver el lado bueno de las cosas. Desarrollar el sentido del humor. Intercambiar ideas con los compañeros. Todas estas son formas de aliviar el estrés en el día a día.
Impulsa tu mente
Nuestro cerebro está diseñado para confirmar lo que ya creemos. Por eso, cuando creemos que somos incapaces de afrontar una nueva situación, ponemos en marcha un círculo vicioso de autoderrota. La buena noticia es que lo contrario también es cierto. Cuando percibimos un cambio como un nuevo reto (en lugar de como un obstáculo imposible de superar) o como una oportunidad para aprender cosas nuevas, activamos el principio del "pensamiento positivo", al que nuestro cerebro es igual de receptivo. Entonces refuerza este estado mental. Esto aumentará nuestra confianza en nosotros mismos y nuestro optimismo, permitiéndonos afrontar las dificultades con mayor fuerza y plenitud.
La autosugestión y la visualización son métodos de eficacia probada. La hipnosis y la sofrología -en el apoyo terapéutico y el coaching- también son aliados formidables.
Aunque no siempre podemos actuar o influir en nuestro entorno para mejorarlo, podemos cambiar nuestra percepción del mismo en cualquier momento. Los recursos están dentro de nosotros. Hay muchas herramientas y tipos de apoyo que podemos utilizar para revelarlos y aprovecharlos al máximo.