Los bancos han abierto por fin el acceso a los datos de sus clientes. La revolución de la banca abierta ha llegado y se ha ido. ¿Cuáles son las implicaciones para las entidades financieras? ¿Qué papel deben desempeñar ahora, sobre todo frente a las fintech? ¿Qué nuevos servicios ofrecen? Dominique Chesneau, especialista en finanzas y formador de ORSYS, explica los entresijos de esta revolución.
¿Qué es el concepto de banca abierta?
Como se ha indicado en anteriores elementosPara los bancos, el objetivo es crecer abriendo el acceso a los datos no confidenciales de sus clientes. A cambio, estos mismos clientes pueden recuperar el poder sobre estos datos mediante el uso de nuevos servicios. La banca abierta está llevando a estas instituciones a cambiar radicalmente su modelo de negocio en torno a los siguientes servicios:
Servicios en el Gestione (Gestión) ofrecen a los usuarios el control de sus finanzas, con funciones de agregación de cuentas, categorización de gastos y automatización.
Servicios en el Confíe en (Confianza) mejoran la identificación y el análisis de los perfiles de usuario utilizando datos financieros. Esto permite cumplir las obligaciones legales o reducir los riesgos.
Servicios en el Conocimiento (Conocimiento) extraen datos bancarios analizando el comportamiento de los consumidores para personalizar las ofertas, en particular con los programas de fidelización.
Servicios en el Pagos (pagar) permiten a los usuarios transferir dinero simplemente desde su cuenta bancaria.
Los servicios Administrar (Administrar) puede utilizarse para crear informes para los departamentos de contabilidad.
los servicios de proveedores externos (TPPThird Party Providers) permiten a estos operadores entrar en el mercado bancario y aportar un valor añadido a los consumidores.
La banca abierta amplía el ecosistema financiero
Además de los pagos, todos los agentes financieros se ven afectados: bancos tradicionales, bancos online, fintechs, gestoras de activos, aseguradoras, bancos minoristas especializados y otras entidades especializadas que utilizan APIs (una API es una interfaz de programación, es decir, un código que permite a un programador establecer conexiones entre varias piezas de software para intercambiar datos) o marketplaces para llegar a los clientes.
Esta digitalización implica reconsiderar el impacto tecnológico, la adquisición y modernización del tratamiento de datos, y la forma descentralizada de utilizarlos y distribuirlos interactuando con todos los actores del ecosistema:
Un nuevo papel para los bancos
En este entorno, los bancos tradicionales tienen que cambiar su modelo de negocio. Tienen ante sí cuatro estrategias principales:
- “ Proveedor de servicio completo "El objetivo es ofrecer su propia gama de productos y servicios, sin asociaciones con terceras empresas y, por tanto, sin API.
- “ Utilidad "Esto significa renunciar a la propiedad de los productos y a su distribución. Los bancos ponen su infraestructura y sus servicios a disposición de otros agentes del ecosistema, sin tener ningún contacto directo con el cliente.
- “ Rogar "Esto significa ofrecer sus propios productos, pero no distribuirlos a través de interfaces de terceros.
- “ Interfaz "El objetivo es centrarse en la distribución de productos creando una interfaz en forma de mercado a la que terceras empresas puedan añadir sus productos y servicios.
Desde el punto de vista del cliente, esta evolución parece obvia, ya que :
- mejora la experiencia del usuario mediante productos y servicios a medida,
- le permite tomar decisiones financieras más sensatas,
- aumenta la eficacia y la productividad de las empresas y las PYME,
- refuerza la competencia entre proveedores de servicios financieros, estimula la innovación, desarrolla nuevos servicios y aumenta la demanda,
- monetiza los datos (cobrando a terceros por el uso de las API),
- optimiza el rendimiento de la inversión en PSD2 (que diluye los costes derivados de la infraestructura PSD2),
- crea más valor para los clientes (porque las API permiten a los bancos hacer ofertas personalizadas y reforzar sus relaciones con las empresas)
Del mismo modo que la explotación de Big Data ha supuesto un cambio masivo en la mentalidad del marketing, la banca abierta permite explotar la auténtica mina de oro que representan los datos bancarios, con el fin de desarrollar servicios perfectamente adaptados a las necesidades de los consumidores.
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