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Directivos, ¡desarrollen su asertividad!

Publicado el 12 de septiembre de 2022
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La asertividad es actualmente uno de los términos más utilizados en el mundo profesional. Pero, ¿por qué? ¿Qué significa en la práctica? ¿Somos asertivos por naturaleza? ¿Qué impacto tiene? ¿Cómo trabajar la asertividad? Sandrine Bertrand, formadora en comunicación, gestión y desarrollo personal, nos ofrece una visión general.

La asertividad es una habilidad clave para los directivos.

¿Qué es la asertividad? Concepto acuñado por el psicólogo estadounidense Andrew Salter a principios del siglo XX.e En el siglo XXI, la asertividad se refiere a la capacidad de expresar ideas o defender derechos sin ser agresivo con los demás.

La asertividad, una habilidad que puede adquirirse

Como directivos, ¿somos asertivos por naturaleza? Funcionamos de forma natural interpretando todo lo que captan nuestros sentidos. En otras palabras, el entorno influye mucho en nuestras relaciones con los demás. Nuestras interpretaciones constantes son frágiles porque a menudo están distorsionadas o desconectadas de la realidad. Entonces entramos -la mayoría de las veces, sin darnos cuenta- en el mundo de los juicios y las creencias, tanto por nuestra naturaleza como por nuestra educación o cultura. Y la combinación de todo ello repercute en nuestro comportamiento. En resumen, nadie es realmente asertivo por naturaleza. Al contrario, para ser asertivo hay que esforzarse por tomar conciencia de la situación, dar un paso atrás y mostrar un verdadero deseo de mejorar las cosas.

La asertividad, aliada de la buena gestión

Sea cual sea su nivel jerárquico, la asertividad es su mejor aliado para anime a su personal a confiar en usted, escucharle, trabajar juntos e implicarse. De hecho, siendo asertivo en tus posiciones, escuchando y siendo amable, sientas unas bases sólidas y duraderas. Como ves, para ser asertivo, ya debes tener una buena autoestima. La autoestima se construye en torno a la autoimagen, el amor propio y la confianza en uno mismo. ¡Un triplete ganador que te hace fuerte! Y va de la mano de una cierta flexibilidad mental y una humildad genuina, sincera y conectada con la realidad que te rodea.

Sin asertividad, el mayor riesgo es caer en la pasividad, la agresividad o la manipulación.

PasividadAgresiónManejo de
Deja que todo ocurra,
incluido lo que no le conviene.
En un contexto de gestión,
Como mínimo, esto se manifiesta como un exceso de autoridad.
Influencia maliciosa
ejercida sobre una persona para controlarla.

Las consecuencias pueden ser perjudiciales a todos los niveles, no sólo para el directivo, sino también para el equipo y la empresa. Pérdida de cohesión, malas decisiones o posiciones adoptadas, elecciones inadecuadas o no asumidas... el abanico de problemas causados es amplio.

¿Y cómo se hace?

La asertividad empieza por uno mismo.

¡Atrévete a avanzar y progresar! Para desarrollar tu asertividad, tienes que salir de tu zona de confort y asumir poco a poco el "riesgo" de evolucionar. En otras palabras, tienes que desafiarte a ti mismo.

Reafirmarse desarrollando la confianza en uno mismo

La confianza en uno mismo es un requisito previo para la asertividad. ¿Por dónde empezar? 

  •  Aclare sus deseos y necesidades. En lugar de esperar, toma las riendas y sé el motor del cambio que deseas.
  • Enumera tus cualidades y todas las cosas positivas que oigas sobre ti. Léelas todos los días y añádelas cuando sea necesario.
  • Prepárate Objetivos SMARTPara ti, en primer lugar, para animarte a ser audaz, sin sentirte en peligro. Poco a poco suele ser el mejor compromiso. Y no olvides trabajar tu estado mental antes, durante y después de alcanzar tus objetivos.
  • Anímese -en voz alta si es posible- afirmando siempre sus objetivos de forma positiva, en el presente y en el futuro.
  • Visualícese o imagínate consiguiendo tus objetivos.
  • Felicítese cada vez que alcance un hito. Haz del pensamiento positivo y la fortaleza mental tus mayores bazas.

El pensamiento positivo y la fuerza mental son recursos que ya están dentro de nosotros. Para aprender a aprovecharlos, podemos utilizar ciertas técnicas basadas en la visualización y la sugestión mental. Por ejemplo: hipnosis, sofrología, preparación mental.

La asertividad requiere una comunicación sincera y auténtica

Para mejorar la asertividad, escuchar suele ser la primera cualidad que hay que trabajar. Esto se debe a que, escuchar activamenteUn enfoque neutral te ayudará a generar confianza entre tus colegas. Acostúmbrese a dejar que los demás se expresen sin cortarles.

Además, sé "realista" en tus intercambios. Pregúntate qué puedes aceptar y qué no, y respeta tus límites. Saber decir "no" con amabilidad es imprescindible y saludable a la hora de gestionar. Para ello, anota o recuérdate los inconvenientes de dar un "sí" no deseado, así como los beneficios de dar un "no" asertivo y considerado. También puedes optar por una respuesta intermedia, como "me lo pensaré".

Por último, asegúrate de que entiendes el intercambio. Para ello, haz preguntas, sobre todo preguntas abiertas, y no dudes en reformularlas.

Comprender, aceptar y gestionar sus emociones

¿Cómo influye la gestión de las emociones en la asertividad? Una emoción es una energía portadora de información. Es una señal que tu cuerpo te envía para informarte, hacerte reaccionar ante una situación y ayudarte a tomar una decisión. Nuestra cultura nos enseña a menudo a negar nuestras emociones, en particular controlando sus manifestaciones físicas. Por ejemplo, no lloramos delante de los demás, no gritamos... Hay que reconocer que esto puede parecer coherente para vivir en sociedad. Sin embargo, una emoción negativa debe aceptarse y reconocerse como tal. Esto es esencial para seguir adelante y avanzar. De lo contrario, la emoción negativa permanecerá con usted. Con el tiempo, esto puede dar lugar a comportamientos inadecuados en el trabajo: ataques de ira, impaciencia, estrés e irritación... Lo que, obviamente, tendrá un impacto negativo en las relaciones con tu equipo y podría provocar disfunciones dentro de la empresa. De ahí la importancia de saber aceptar y utilizar tus emociones con calma.

Pero, ¿cómo hacerlo?

  • La meditación nos permite tomar conciencia de lo que ocurre en nuestro interior. Es una de las claves para desarrollar el autoconocimiento.
  • Hay una serie de ejercicios de respiración que pueden ayudarte a gestionar tus emociones negativas. Cuando estamos bajo presión, disgustados o enfadados, respiramos mal. Nuestro cerebro "reactivo" toma el control y resulta casi imposible escuchar a los demás en buenas condiciones. De hecho, ¿no decimos a menudo "déjame respirar" cuando sentimos que aumenta la presión?
  • También puedes expresar físicamente tus emociones negativas en circunstancias adecuadas. Por ejemplo: haciendo deporte (correr, boxear...), gritando en un lugar desierto, calmándote en contacto con la naturaleza...

Tú decides lo que más te conviene.

Con un mejor conocimiento de uno mismo, una buena gestión de las emociones y una mayor capacidad de escucha, la asertividad se vuelve cada vez más natural. Una serie de cursos de formación, coaching y apoyo en grupo pueden ayudarle a progresar rápidamente.

Nuestro experto

Sandrine BERTRAND

Comunicación, gestión, desarrollo personal

De formación literaria, empezó en la prensa, antes de dedicarse a la gestión de proyectos [...].

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