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La ciudad del mañana: ¿ciudad inteligente o ciudad de baja tecnología?

Publicado el 22 Jun 2023
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[Entrevista]

La ciudad inteligente y la ciudad de baja tecnología son dos enfoques diferentes para afrontar los retos de las ciudades actuales. Mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, hacer frente a las consecuencias del cambio climático, preservar el medio ambiente, ahorrar energía... Las ciudades pueden recurrir a soluciones de ciudad inteligente que dependen en gran medida de las tecnologías digitales. O pueden optar por un enfoque de baja tecnología que favorezca soluciones técnicas sencillas. ¿Y por qué no ambas?

La ciudad inteligente y la ciudad de baja tecnología son dos enfoques diferentes para afrontar los retos de las ciudades actuales.

Ciudad inteligente o ciudad de baja tecnología... los dos conceptos son a menudo contrapuestos por sus respectivos partidarios y detractores. Entonces, ¿qué soluciones deben elegir las ciudades para mejorar su gestión y rendimiento? ¿Cómo pueden ofrecer a la población el nivel de servicio que espera manteniendo los costes bajo control? ¿Cómo pueden contribuir eficazmente, a su nivel, a la lucha contra el cambio climático?

Marie Baudry, experta en estrategia territorial inteligente y gestión de proyectos digitales, responde a las preguntas de ORSYS.

Ciudad inteligente y ciudad de baja tecnología: ¿de qué estamos hablando?

La ciudad inteligente y la ciudad de baja tecnología son dos enfoques diferentes para afrontar los retos de las ciudades actuales.

Cuando pensamos en ciudades inteligentes, solemos pensar en soluciones tecnológicas de alta tecnología. Y con razón, porque el término fue acuñado en los años 90 por IBM. ¿La idea? Responder a las crecientes necesidades de las ciudades en materia de sistemas de información, infraestructuras informáticas y digitalización de los servicios a los ciudadanos. Luego se fue abriendo paso en el discurso político, hasta convertirse en una palabra de moda. una verdadera imagen de marca para las ciudades.

Entre las ciudades pioneras, Toronto ha adoptado el enfoque de ciudad digital. Barcelona también experimentó rápidamente con soluciones de gestión energética. Parecería que los enfoques de ciudad inteligente se adaptan mejor a las complejas necesidades de las grandes metrópolis. Pero en realidad, no hay sin definición consensuada de la ciudad inteligente. Ante todo un presupuesto común: los datos. Entonces, lo que mejor caracteriza a la ciudad "inteligente" es la idea de adaptar las soluciones a los problemas prioritarios de una zona y utilizar la tecnología allí donde sea útil. Con discernimiento, pues.

Ciudad inteligente es uno de los nombres que evocan la ciudad del futuro o la ciudad del mañana. Más recientemente, en relación con las cuestiones climáticas y la noción de resiliencia, el concepto de ciudad de baja tecnología también ha ido ganando terreno en la política local. La baja tecnología no tiene una definición establecida, pero puede entenderse como un conjunto de soluciones tecnológicas sencillas, de bajo coste y basadas en la practicidad. A menudo se asocia con la idea de sobriedad. Un concepto que parece más adecuado para comunidades o barrios pequeños, donde las necesidades son menos complejas.

¿Deben oponerse ambos enfoques?

Hoy en día, las ciudades que se embarcan en un enfoque de ciudad inteligente empiezan por hacer balance de la situación. Entonces se dan cuenta de que ya están llevando a cabo acciones que pueden incluirse en este apartado. En el alumbrado público, por ejemplo. Pero también, y sobre todo, porque la ciudad inteligente no consiste sólo en soluciones de alta tecnología. También se basa en el sentido común. En este sentido, no se opone directamente al enfoque de baja tecnología.

La sobriedad, otro término utilizado a menudo en el concepto de ciudad de baja tecnología, no es incompatible con la ciudad inteligente. Al contrario, la recogida y gestión de datos en tiempo real es una de las soluciones habitualmente utilizadas para racionalización de los servicios públicos (recogida de basuras domésticas, etc.) y optimizar el consumo de energía. Sin embargo, las redes y los equipos utilizados pueden consumir mucha energía. Por tanto, las regiones "conectadas" tendrán que abordar la cuestión de la sobriedad digital.

Ciudad inteligente, baja tecnología... A fin de cuentas, para mucha gente, utilizar uno u otro de estos términos es sólo una cuestión de "¿qué gano yo con ello? marketing territorial. La elección de una solución de alta o baja tecnología depende en igual medida de los recursos financieros de las autoridades locales afectadas. Dando un paso más, podríamos decir que los intereses de una región residen en sumar toda la inteligencia desplegadaEste es el tipo de tecnologías, tanto de alta como de no alta tecnología, que nos permitirán ser más virtuosos y más resistentes.

¿Cuáles son los retos de la ciudad del mañana?

Los retos de la ciudad del mañana ya están presentes hoy. Por ejemplo   

  • Adaptación a las consecuencias del cambio climático
  • Reducir nuestra huella de carbono
  • Mejor gestión de los recursos (agua, energía, etc.)
  • Preservar el medio ambiente y la biodiversidad
  • Satisfacer las nuevas necesidades de la población: movilidad...

Además, las autoridades locales se enfrentan a una reducción de sus subvenciones. Con los presupuestos bajo presión, buscan innovación, optimización y ahorro.

¿Cómo pueden ayudar las ciudades inteligentes o las soluciones de baja tecnología?  

Al principio, las soluciones más emblemáticas de ciudades inteligentes desplegadas en Francia giraban en torno al alumbrado nocturno. Se trata de uno de los ámbitos de gasto más intensivos en energía y, por tanto, más costosos para las autoridades locales. Sin embargo, la modernización de la red de alumbrado público permite recuperar la inversión en pocos años.

Por ejemplo, instalar bombillas de bajo consumo ahorraráahorrar entre 50 y 60 % de energía.

Aunque esta medida es más de sentido común que un avance tecnológico, puede calificarse de "inteligente", lo que ya la convierte en un planteamiento de ciudad inteligente. El siguiente paso es controlar la intensidad del alumbrado y encenderlo a demanda o por tramos, en función de la afluencia de público, lo que también supondrá un ahorro sustancial.

Las autoridades locales también buscan nuevas soluciones para llevar a cabo la transición energética. Desde el punto de vista económico, la idea de una energía barata y abundante es cosa del pasado. Ha llegado el momento de optimizar la producción y el consumo de energía. Y desde el punto de vista ecológico, las autoridades locales también aspiran a reducir su huella medioambiental. impacto del carbono reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero.

Por ello, algunas regiones han creado redes eléctricas inteligentes o redes inteligentes.

¿En qué consiste?

Gracias a un gestión basada en datosSe trata de distribuir la energía en función de la demanda. Más concretamente, se trata de identificar usos para mejorar el rendimiento energético y ahorrar. Por ejemplo, hacer un mejor uso del aire acondicionado, descargar ciertas máquinas cuando se producen picos de consumo, etc. contador conectado es uno de los primeros componentes de estas redes inteligentes.

Las redes inteligentes se adaptan especialmente bien a los contextos insulares, donde una gran parte de la energía es importada (de 40 % en Córcega a 80 % en Guadalupe). En estas zonas energías renovables (eólica, solar, geotérmica, hidráulica, etc.) son la clave para alcanzar los objetivos de independencia energéticaPero algunas de ellas tienen el gran inconveniente de ser intermitentes (energía eólica y solar). Pero algunas tienen el gran inconveniente de ser intermitentes (energía eólica y solar). Con la conexión en red de los micropolos de producción de energía, las redes inteligentes permiten reducir el consumo energético de la red. alisamiento de la producción y hacer creíble la integración de estas energías alternativas.

¿Son las soluciones de ciudad inteligente adecuadas para las ciudades pequeñas?

Por supuesto. Saint-Sulpice-la-Forêt es un buen ejemplo. Esta comunidad rural de 1.500 habitantes ha equipado sus edificios comunales con sensores conectados para ahorrar energía. Controlando el consumo en tiempo real agua, electricidad, gas, así como una serie de indicadores (temperatura interior, luminosidad, calidad del aire, etc.), ha podido elaborar un informe detallado. ahorro energético de 20 % en dos años. El resultado fue tan satisfactorio que Shanghai, la ciudad más poblada de China, envió una delegación al lugar.

¿Un ejemplo sorprendente de solución para una ciudad inteligente?

Sí, ¡y mucho más! Las autoridades locales están en proceso de innovación. Algunas soluciones de ciudad inteligente que se han puesto a prueba acaban abandonándose. En materia de aparcamiento, por ejemplo, a veces las mejores ideas son las más sencillas. 

El primer ejemplo se refiere a un sistema de aparcamiento inteligente. La idea es utilizar aplicaciones móviles para mostrar a los automovilistas en tiempo real los espacios disponibles en el centro de la ciudad. ¡Qué gran idea! Buscar aparcamiento en estas zonas densamente pobladas suele llevar mucho tiempo y genera tráfico adicional, aunque haya plazas disponibles. Gracias a sensores instalados en el suelo o a cámaras, se supone que la geolocalización de estas plazas facilitará el aparcamiento.

Una buena idea... a primera vista. En primer lugar, porque la vida útil de un espacio libre es de 30 segundos. En segundo lugar, hay que adaptar los equipos (sensores, cámaras, etc.). un coste que debe financiarse... si es posible, que no sea a través de los impuestos. Varios proyectos se han abandonado o se han limitado a aparcamientos con un número limitado de plazas.

Podría haber sido más sencillo e "inteligente". Los parquímetros ya sirven para obtener estadísticas sobre la ocupación de las plazas de aparcamiento. No hace falta añadir sensores ni cámaras. Una vez más utilizar la tecnología con prudencia. Esto no es exclusivo de la baja tecnología.  

El segundo ejemplo es el aparcamiento gratuito. Algunas ciudades han optado por esta solución. En primer lugar, porque es caro renovar una flota de parquímetros. En segundo lugar, porque implica pagar a personal o a un proveedor de servicios para poner multas y gestionar las reclamaciones. Por último, esta sencilla solución es también "inteligente". Como tal, merece el calificativo de ciudad inteligente.

Ciudades inteligentes, redes inteligentes, aparcamientos inteligentes... ¿es justo decir que las soluciones "inteligentes" abarcan un enorme abanico de ámbitos?

Efectivamente, así es. Las soluciones para ciudades inteligentes están al servicio de los espacios públicos y del público en general (residentes, turistas, empresas, etc.). Pueden servir para simular las condiciones de vida en un barrio futuro, adaptar viviendas para personas mayores o discapacitadas, ajustar las políticas de transporte y movilidad, optimizar edificios, etc.  

El auge de las nuevas tecnologías también ha propiciado el desarrollo de la noción de edificio inteligente. Al hacer del edificio un lugar donde se recogen y analizan datos, es posible optimizar su gestión y ofrecer nuevos servicios a sus usuarios. Además, en un Edificio R2S para "listo para el servicioLos nuevos servicios son baratos si la infraestructura técnica se diseña de antemano. Por eso debemos incluir un paquete "inteligente" en el pliego de condiciones (red IP, datos interoperables alojados en la nube, infraestructura compartida y capas de seguridad, etc.).

Del mismo modo, el datos de objetos conectados y domótica permiten gestionar los edificios de forma más eficiente. Esto es posible gracias a su integración en el modelo digital mediante BIM (modelado de información de edificios) y su aplicación con BIM GEM (gestión, operación y mantenimiento).

¿Cuáles son los escollos que hay que evitar?

En Europa, existen varios obstáculos para el desarrollo de iniciativas de ciudades inteligentes. En general, la presencia de sensores asusta a los ciudadanos. Exige mucha enseñanza Explique el objetivo y asegure a la gente que los datos recogidos serán anónimos. Este es el enfoque propuesto por la ciudad de Angers. En Asia, en cambio, hay pocos temores de este tipo. Por ejemplo, el reconocimiento facial es bien aceptado allí porque responde a objetivos de seguridad. Los municipios franceses que se han aventurado en este terreno, como Niza, han visto que no estamos preparados para ello desde el punto de vista cultural y, sobre todo, jurídico.

Otra dificultad es la tratamiento de datos. Aunque instalar los equipos (sensores, antenas, etc.) es relativamente fácil, hacer que los datos sean inteligibles es más complejo. Esto implica transformar big data en smart data en particular para proporcionar información útil para la toma de decisiones de los representantes electos y permitirles actuar con rapidez en determinados asuntos. Pero este tratamiento de datos tiene un coste. Cabe preguntarse si sería aceptable financiarlo con cargo al presupuesto de los entes locales, es decir, a través de los impuestos.

En Francia, el principio sigue siendo el de los datos abiertos (datos brutos accesibles a todos). En otros lugares, ciudades como Copenhague optan por cobrar por el acceso a sus datos "depurados", lo que les permite financiar la recogida y el tratamiento de los datos brutos.

Por último, el riesgo de ciberataques no es descartable.

¿Cuál es el perfil de las personas que acuden a informarse sobre los retos de la ciudad inteligente?

Los participantes tienen perfiles variados. Proceden tanto del sector público como del privado. Se interesan por el tema en el contexto de un ocupar un puesto o buscan un dinámica de intercambio con otros participantes.

Muy a menudo, llegan al curso con una idea un tanto caricaturesca de la ciudad inteligente. Se van con una visión más amplia. En general, les complace ver que la ciudad inteligente toca una amplia gama de ámbitos, que no existe un modelo único y que han descubierto muchas herramientas que les permitirán ir más allá.

Nuestro experto

Marie BAUDRY

Innovación territorial, ciudad inteligente

Experta en servicios digitales e innovación territorial, ha trabajado para varias grandes [...]

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