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IA en los bancos: hacia una convergencia entre innovación y cumplimiento normativo

Publicado el 17 de diciembre de 2024
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La inteligencia artificial está revolucionando el sector bancario, transformando los servicios financieros y enriqueciendo la experiencia de los clientes. Sin embargo, esta transformación plantea importantes desafíos regulatorios. El Reglamento sobre Inteligencia Artificial (AI Act), adoptado el 13 de junio de 2024, introduce un marco jurídico unificado en la Unión Europea para el uso de la IA, con especial atención a sectores críticos como el bancario.

La Ley de Inteligencia Artificial supone un gran paso adelante. Proporciona a la Unión Europea un marco jurídico completo para la inteligencia artificial. Esta legislación llega en un momento en que la IA se está convirtiendo en esencial en el sector bancario, influyendo en las relaciones con los clientes, la gestión de riesgos y las decisiones financieras.

Para los bancos europeos, esta normativa trasciende la simple regulación tecnológica. Representa un desafío estratégico: integrar la innovación tecnológica mientras se asegura el cumplimiento de una legislación en constante evolución.

La creciente adopción de la IA en los bancos

Desde los chatbots y la detección de fraudes hasta la automatización de procesos crediticios, la IA se posiciona como una herramienta fundamental para revolucionar las prácticas bancarias.

Su adopción se está acelerando rápidamente. Un estudio de McKinsey de 2023 prevé un crecimiento de 30 % al año de aquí a 2026. El mayor aumento de su uso (+45 %) se producirá en los servicios de atención al cliente.

Los bancos están invirtiendo masivamente en IA. En 2024, invirtieron más de 150 000 millones de euros, es decir, 13 % de la inversión mundial en IA.. Esta tendencia puede explicarse por las numerosas ventajas que la IA promete a los bancos:

● Automatización de procesos

La IA automatiza tareas tediosas y repetitivas, como la tramitación de solicitudes de préstamos, la detección de fraudes y la verificación de documentos. Esto permite a los bancos optimizar su eficiencia operativa, reducir costos y liberar a sus empleados para que se concentren en actividades de mayor valor añadido.

Por ejemplo, BNP Paribas ha reducido el tiempo de tramitación de las solicitudes de préstamo en un 80 % gracias a la IA.

● Mejorar la experiencia del cliente

La IA personaliza los servicios bancarios y facilita una atención al cliente continua. Los chatbots impulsados por IA responden preguntas, brindan asesoramiento financiero personalizado y ayudan en la gestión de cuentas. Esto contribuye a mejorar la satisfacción y fidelidad de los clientes.

ING Bélgica ha desplegado "Ida", un asistente virtual que gestiona más de 70 % de consultas de clientes sin intervención humana. Según Xerfi, los bancos deberían aumentar sus ingresos anuales entre 3 y 5 % de aquí a 2025 gracias a la IA.

● Gestión de riesgos

La IA permite a los bancos identificar y gestionar el riesgo de manera proactiva. Detecta fraudes, evalúa la solvencia de los prestatarios, anticipa las pérdidas crediticias y supervisa las transacciones sospechosas. Todo esto contribuye a reducir el riesgo financiero.

Crédit Mutuel, por ejemplo, ha logrado reducir sus pérdidas por fraude con tarjetas bancarias en un 30 % gracias a la IA. Por su parte, Crédit Agricole utiliza esta tecnología para el análisis predictivo del riesgo crediticio, lo que ha permitido disminuir las tasas de impago en un 23 % en ciertos segmentos de clientes.

La Ley de IA: un enfoque basado en el riesgo

En este contexto, el Reglamento sobre IA establece un marco jurídico armonizado que impulsa el uso creciente de la IA, a la vez que regula de manera estricta los riesgos asociados a su implementación.

Este reglamento se distingue, en particular, por su enfoque basado en el riesgo, priorizando las obligaciones según el potencial de daño de los sistemas de IA.

Pirámide de riesgos de la Ley de IA
La pirámide de riesgos definida por el Reglamento AI
©Alexandre Salque/ORSYS

Este modelo resulta especialmente adecuado para el sector bancario, donde la regulación del riesgo es un principio clave, consagrado en la DRC (marco prudencial para las entidades de crédito) y otras normativas sectoriales.

Por lo tanto, la inclusión del Reglamento sobre IA complementa las obligaciones existentes al proporcionar un marco para los riesgos asociados a los derechos fundamentales de las personas.

Clasificación de los sistemas de IA: una cuestión clave para los bancos

Una de las principales contribuciones del reglamento sobre IA es su clasificación de los sistemas de IA en función de su nivel de riesgo, desde los considerados "inaceptables" hasta los de "bajo riesgo"..

Para las entidades bancarias, la importancia de esta clasificación es obvia, ya que varios usos comunes de la IA, comoLos modelos de calificación de créditos y los sistemas de perfiles de clientes se consideran ahora de "alto riesgo"." .

De este modo, los bancos estarán sujetos a mayores obligaciones, especialmente en lo que respecta a la gestión de riesgos, la transparencia y la responsabilidad por las decisiones adoptadas por los sistemas de IA. Estos requisitos incluyen, entre otros, la aplicación de gobernanza y la obligación de garantizar la plena trazabilidad de las decisiones automatizadas.

Si bien este enfoque refuerza la protección de los derechos fundamentales, también obliga a las entidades financieras a revisar sus procesos internos para garantizar su cumplimiento, especialmente en lo relativo a la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea y el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).

Convergencia con la normativa prudencial: un reto para los bancos

Una de las particularidades del Reglamento sobre IA es su coherencia con otras normativas europeas, en particular las que regulan el sector bancario.

Por ejemplo, podría considerarse que la DRC, que impone requisitos sobre la gobernanza de las entidades financieras, cumple en parte determinadas obligaciones del Reglamento AI, en particular en relación con la gestión de riesgos y el control interno.

Sin embargo, aunque se han planteado ajustes para evitar solapamientos entre los requisitos de la Ley de IA y la legislación bancaria, persisten incertidumbres sobre cómo se coordinarán en la práctica estos dos marcos normativos.

Y así, algunos bancos podrían enfrentarse a un doble desafío: cumplir con una serie de normas prudenciales y, al mismo tiempo, satisfacer las obligaciones específicas establecidas por el Reglamento sobre IA..

Es crucial gestionar el riesgo de duplicación o contradicción de normas, ya que, de lo contrario, se incurrirá en costos adicionales de cumplimiento y se obstaculizará la innovación tecnológica.

Necesidad de transparencia y rendición de cuentas

El Reglamento sobre IA impone requisitos especialmente estrictos la transparencia y la rendición de cuentas, en particular para los llamados sistemas de IA de "alto riesgo". A partir de ahora, las entidades bancarias deberán garantizar no solo la trazabilidad y explicabilidad de las decisiones tomadas por sus algoritmos, sino también su transparencia ante los clientes..

En un sector en el que la confianza y la transparencia son imperativas, la introducción de tales requisitos es un paso significativo hacia la creación de una IA ética y responsable.

Esto representa una revolución cultural para los bancos, obligándolos a reconsiderar su enfoque de la toma de decisiones automatizada e implementar procesos de control humano efectivos. En este sentido, la normativa sobre IA no solo actúa como una herramienta regulatoria, sino que también motiva a las entidades bancarias a redefinir su modelo operativo para integrar proactivamente estos nuevos requisitos.

La Ley de IA: un catalizador para la innovación regulada

Además de su carácter vinculante, el Reglamento sobre IA también busca fomentar la innovación, especialmente a través de la introducción de areneros normativos.Estos espacios experimentales permiten a los bancos probar sus soluciones de IA bajo control reglamentario,lo que representa una valiosa oportunidad para el sector bancario, al facilitar la conciliación entre el desarrollo tecnológico y el cumplimiento de la legislación.

Para las entidades bancarias, estos espacios aislados ofrecen un entorno seguro para experimentar con aplicaciones de IA, como servicios bancarios automatizados, algoritmos para personalizar ofertas y herramientas de gestión predictiva del riesgo, asegurando al mismo tiempo que estas tecnologías cumplan con los requisitos de seguridad, transparencia y protección de los derechos de los consumidores.

Un nuevo equilibrio: innovación, seguridad y cumplimiento normativo

El Reglamento sobre IA presenta un desafío significativo para los bancos: integrar con éxito la IA en sus procesos mientras cumplen con las obligaciones legales reforzadas. Deberán encontrar un equilibrio delicado entre mitigar los riesgos asociados a la IA y fomentar la innovación tecnológica, clave para su competitividad.

Esta normativa no solo regula el uso de la IA, sino que promueve una visión de la IA al servicio de los seres humanos, donde la protección de los derechos fundamentales y la garantía de mayor transparencia en las decisiones automatizadas se convierten en prioridades estratégicas. Así, las entidades financieras no solo deberán cumplir con un nuevo y exigente marco legal, sino también demostrar su capacidad para utilizar la IA como una palanca ética de transformación digital, al servicio de la confianza y la inclusión financiera.

Conclusión

La Ley de IA supone un paso decisivo en la regulación de las tecnologías de IA en Europa, especialmente para el sector bancario. Además de establecer un marco normativo para gestionar los riesgos asociados al uso de la IA, abre el camino para transformar las prácticas y procesos de las entidades bancarias, incentivándolas a adoptar normas más rigurosas en cuanto a transparencia, responsabilidad y respeto a los derechos fundamentales.

Sin embargo, para que esta normativa tenga un impacto verdaderamente positivo, debe aplicarse de manera coherente con la legislación bancaria vigente, asegurando a la vez que no frene la innovación tecnológica, crucial para la competitividad de los bancos en un entorno globalizado.

Las siguientes etapas de su implementación deben enfocarse en aclarar las áreas ambiguas y garantizar una aplicación armonizada, que favorezca el uso ético y responsable de la inteligencia artificial en el sector bancario.

Nuestro experto

Experto en cumplimiento tributario con sólida experiencia en financiación de proyectos, energía y banca.

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