¿Es la formación la clave para compensar las dificultades de contratación en la función pública local? ¿Puede limitar las cada vez más frecuentes salidas de funcionarios hacia otras administraciones locales o incluso hacia el sector privado? Esta es una de las pistas que explora un reciente informe. Nicolas Chevalier-Roch, especialista en gestión de entidades locales, descifra las claves: retener al personal en todas las etapas de su carrera, apoyar los cambios en la FPT y recuperar las misiones de servicio público.
40 % Las autoridades locales se enfrentan a grandes dificultades de contratación. Y esto se aplica a todos los sectores geográficos, categorías laborales y disciplinas. Esta es la cruel realidad de un informe reciente el Conseil supérieur de la fonction publique territoriale, la Inspection générale de l'administration y la association des DRH des grandes collectivités.
El sector público, por ejemplo, no es inmune al contexto mundial de escasez de talentos. En los últimos meses, sin duda habrá oído hablar de la "Gran Dimisión" o de la "Dimisión silenciosa". Estas dos expresiones aparecieron en el debate público a raíz de la crisis sanitaria. Reflejan la las dificultades de los empresarios para retener a sus empleados y atraer a otros nuevos en sectores hasta ahora considerados atractivos. Ilustran una serie de cambios en el mercado laboral. En primer lugar, una inversión de la relación de fuerzas entre solicitantes y contratantes, con un descenso de la tasa de desempleo. Pero también, y sobre todo, un cambio en las prioridades de los franceses en su vida personal y profesional.
Y fue quizás en el sector público donde este fenómeno fue más difícil de prever...
Del Grial profesional a la escasez de mano de obra
Hoy en día, demasiados empleadores del sector público siguen convencidos de que siempre encontrarán candidatos para cubrir los puestos de funcionario. Se trata de una ilusión heredada de una visión tradicional de la función pública: seguridad en el empleo, prestaciones reales o imaginarias, estatuto de funcionario visto como un Santo Grial profesional porque está reservado a quienes han aprobado una oposición... Pero la imagen ha cambiado.
De hecho, no es necesario ser un agente del sector público para medir la realidad de la escasez de mano de obra. En todas partes faltan hombres y mujeres para llevar a cabo las grandes misiones de la función pública. Es lo que ocurre en las escuelas, los tribunales y los hospitales. En las administraciones locales, la situación es igual de flagrante. La función pública local tiene que superar varios escollos. En primer lugar, es joven: cumplirá 40 años en 2023. En segundo lugar, la riqueza de sus profesiones adolece de falta de publicidad. Por último, sufre una cierta denigración a pesar de la complejidad técnica de las tareas que realizan los municipios, los establecimientos públicos de cooperación intermunicipal, los departamentos, las regiones y todos sus satélites.
Ante esta penosa situación, el informe sugiere formas de hacer más atractivo el FPT y retener a su personal. Se trata del salario, la gestión, la organización... pero también de la formación.
Formación para apoyar y retener a los empleados en cada etapa de su carrera.
Ante todo, la formación desempeña un papel esencial en la gestión a largo plazo de la carrera de los funcionarios.
Aunque la seguridad en el empleo ha sido durante mucho tiempo un argumento esencial y tranquilizador, para algunos se ha convertido en una fuente de ansiedad. La angustia de estar confinado en el mismo lugar, las mismas tareas y el mismo estatus para el resto de tu vida. Todos los años, la entrevista anual debería, por tanto, permitir explorar las aspiraciones profesionales de los funcionarios. Pero esto no suele ser más que una formalidad.
Sin embargo, él es Es crucial que estos deseos de cambio sean mejor escuchados y reciban la debida consideración..
He aquí algunas ideas:
- organizar talleres para conocer los distintos puestos de trabajo en la administración local
- elaborar planes de formación colectivos e individuales
Este tipo de enfoque podría remodelar la imagen de las autoridades locales, a menudo percibidas como entidades burocráticas insensibles al desarrollo individual. También permitiría satisfacer las necesidades de contratación de las autoridades locales. En primer lugar internamente, reteniendo a los mejores que ya están aculturados a las características específicas del sector público.
Dependiendo del tamaño de la autoridad local, estas iniciativas pueden ser llevadas a cabo internamente por el departamento de recursos humanos, o externamente por profesionales de la formación y el desarrollo profesional.
La formación, principal instrumento de apoyo a los cambios en la función pública local
El papel clave de la formación también se deriva del principio de mutabilidad de la función pública. Se trata de un principio histórico que se ha acelerado en los últimos años. Cambios en las competencias legales de las autoridades locales, modernización de técnicas y prácticas, mayores expectativas por parte de los ciudadanos... Estos cambios, cada vez más rápidos y profundos, los experimentan en primer lugar los funcionarios.
Así que se adaptan lo mejor que pueden a las nuevas tareas que se les asignan, a las nuevas herramientas que se les dan, al nuevo marco jurídico y reglamentario que se les impone. Por no hablar de todos los programas informáticos que cambian constantemente, en el marco de la desmaterialización de la Administración. Cada vez, demuestran resiliencia para adaptarse y dar lo mejor de sí mismos en su trabajo. Pero es natural: en algún momento, se desaniman, se rinden y huyen...
Por eso cualquier cambio que altere el marco, los métodos o las tareas de un puesto de trabajo debe dar lugar a una formación. Esto se aplica en particular al uso de herramientas digitales. En contra de la creencia popular, muchos de nuestros empleados no dominan los programas informáticos, empezando por el fundamentos de la ofimática.
Formación para recuperar las misiones de servicio público y devolver el sentido a la función pública
Por último, la formación es una forma de devolver el sentido a la función pública a través de la reintegración de funciones externalizadas.
En los últimos años, las autoridades locales han heredado responsabilidades cada vez más complejas. A menudo les ha resultado más sencillo "externalizarlas" al sector privado.
Por ejemplo:
- gestión del agua potable, tratamiento de aguas residuales, transporte público y determinadas instalaciones
- recogida y tratamiento de residuos
- conservación de espacios verdes y mantenimiento de edificios
- un número creciente de misiones de investigación y desarrollo estratégico
Una vez externalizadas estas tareas, los funcionarios prácticamente no tienen contacto con el público. Pierden, por tanto, el sentimiento de servir al público.
El reto actual es formar a los agentes para que puedan asumir tareas estratégicasEsto da un nuevo significado a la vocación de funcionario. En términos prácticos, esto significa formación práctica en Derecho, incluida la actualización de conocimientos en ámbitos como el urbanismo, la gestión de residuos y las finanzas públicas. La formación en competencias técnicas, como la gestión de redes informáticas o el marketing territorial, también responderá a las necesidades actuales.
En la práctica:
Los directivos y jefes de proyecto deben ser los primeros en beneficiarse de la formación. Esto permitiría que todos los departamentos y empleados se beneficiaran.
¿Por dónde empezar?
Por ejemplo, a través del " Lanzar y monitorear un proyecto en el sector público. ", que aborda algunos de los puntos clave planteados en este artículo.
En concreto, la formación ayudará a afrontar una serie de retos:
- responder mejor a las orientaciones políticas ;
- desarrollar competencias internas ;
- fortalecer la comunicación interna;
- gestionar proyectos de la A a la Z ;
- organizar el seguimiento interno;
- tener más en cuenta el aspecto humano de la gestión del cambio.
En resumen, la formación ofrece una vía tangible para revitalizar la función pública local. Ofrece soluciones prácticas para insuflar nueva vida a la vocación del personal. En un contexto de escasez mundial de mano de obra, es un primer paso para retener el talento. Para atraer nuevas contrataciones, las autoridades locales también pueden explorar otras vías, como la marca de empleador, para afirmar sus valores, el impacto positivo de sus misiones y las perspectivas de carrera.