El estilo de dirección adecuado es el que le permite conducir a su equipo hacia el éxito. Pero, ¿qué competencias o cualidades personales son necesarias, o incluso imprescindibles, para lograrlo? Descúbralo con Sandrine Bertrand, formadora de ORSYS y experta en comunicación, gestión y desarrollo personal.
Mientras que en el pasado la gestión se consideraba muy operativa, hoy se presta más atención al empleado como persona.
Posicionarse bien como directivo significa adaptar su comportamiento a cada empleado y a cada situación.
Por el bien de cada individuo y de la empresa.
1TP5Informe especial de gestión
Este artículo es la tercera y última parte de nuestro informe especial sobre gestión.
[Leer también]
[1/3] Delegar y capacitar: buenas prácticas y resultados concretos
[2/3] ¿Cómo puede potenciar la creatividad y la productividad de su equipo?
¿Qué es una "buena postura directiva"?
En primer lugar, cuida la forma en que te presentas a tu equipo y te relacionas con tus compañeros. Es esencial que esta percepción sea positiva desde el principio. Al fin y al cabo, cada miembro del personal se forma una impresión de su jefe desde el primer momento. Por ejemplo, si no sonríe, podría ser percibido como "duro" o autoritario. La percepción de cada persona es única y personal. Si te conviertes en un "líder natural", puedes ir más allá de la postura jerárquica y conseguir que cada miembro del personal se implique, incluso cuando el camino es complicado. El estilo de gestión adecuado es aquel en el que conduces a tu equipo hacia sus objetivos, al tiempo que fomentas la confianza.
Comprender el impacto de las emociones en el comportamiento directivo
¿Puedes ser amigo de tus colegas? Mientras algunos están convencidos de que sí, otros están convencidos de que no, por miedo a que esto les haga perder autoridad. En realidad, para saber qué es lo que más te conviene en tu contexto, tienes que conocerte al menos un poco a ti mismo. Para ello, tienes que tomar distancia de las situaciones que ya has vivido. Piense en su propio comportamiento e identifique lo que le conviene y lo que no. En particular, tiene que ser capaz de responder a la pregunta: "¿Por qué y cómo puedo cambiar las cosas? Algunas ideas: formarse, descubrir nuevos mundos, etc.
El ejemplo de Pascale
"Puedo pasar tiempo especial con mis compañeros fuera del trabajo. Por ejemplo, salir a tomar algo o compartir una comida. Esto nos permite conocernos de otra manera y nos acerca. Por otra parte, lo hago siendo consciente de que tengo que seguir siendo justo y eficaz en caso de problema. No es cuestión de que las emociones se interpongan.
En este caso, todo está en equilibrio y es posible compartir algún tiempo separados. Pero si no te sientes capaz de poner límites con facilidad, es mejor que evites estos momentos al margen en un primer momento. Los lazos que has forjado podrían jugarte una mala pasada si surge un problema profesional. Por ejemplo, un colega podría intentar aprovecharse de estos vínculos sacándolos a relucir para evitar críticas o castigos. A veces esto también conduce a una forma de chantaje emocional: "Pensé que éramos amigos...".
En resumen
Encontrar el "equilibrio adecuado" en sus relaciones profesionales es esencialmente una cuestión de :
- En primer lugar, el conocimiento que tienes de ti mismo
- Entonces, su deseo deavanzar hacia una mayor asertividad
Ser asertivo e inspirar confianza
La asertividad no es una postura natural; es algo que hay que trabajar a lo largo de la vida.
Y para poder trabajar en ello, tienes que conocer tus necesidades, tus límites y respetarlos.
Respetando al mismo tiempo las de sus empleados.
[Formación]
3 puntos clave:
- Aumentar la autoestima y la confianza en uno mismo
- Decir no con firmeza
- Gestionar las críticas y los conflictos
La experiencia de Alain
"Un día me pidieron que pusiera a mi equipo a trabajar en un objetivo que no me parecía del todo bien. ¿Lo primero que hice? Discutir mis sentimientos sobre la petición con mi propio jefe, respaldado por información objetiva. Pero nada ayudó. Así que me pregunté: ¿qué debo hacer con mi equipo? ¿Debo ser transparente o fingir?
Opté por explicar mi postura inicial, cuidando de expresarme positivamente. Fue la elección correcta. El objetivo se alcanzó, aunque no fuera muy motivador en términos operativos. En cambio, en términos de cohesión del equipo, fue muy positivo. Todo el mundo se sentía "en el mismo barco". La idea era terminar lo antes posible para poder pasar a cosas mejores.
El hecho de poder hacer valer mi punto de vista ante mi superior, reforzado por mi honradez hacia mi equipo, me facilitó superar con confianza este difícil momento".
[Leer también] Directivos, ¡desarrollen su asertividad!
Establecer límites y hacerlos cumplir
Un directivo con experiencia debe saber establecer límites y hacerlos cumplir.
Buenas prácticas :
- Establecer las normas de funcionamiento del equipo, posiblemente en consulta con el equipo: comunicación, transparencia, integridad, apoyo mutuo, etc.
- Comunicar muy claramente lo que es aceptable y lo que no lo es.
- Ceñirse a lo decidido
Tenga en cuenta lo siguiente:
Un marco definido en colaboración con el equipo tiene aún más probabilidades de ser respetado.
Saber posicionarse en general
El capitán de un barco debe ser profesional hasta el final, pase lo que pase. Para dirigir el barco, debe ser motivador, tranquilizador, alentador, justo, fiable y ejemplar, sea cual sea la situación. El directivo es el "punto de referencia" de su equipo, y todos tienen que poder confiar en él.
Así que necesitas :
- adoptar una actitud adecuada a las circunstancias
- cierto valor
- gestionar las emociones
- decir "no" cuando sea necesario
[Formación]
Gestionar situaciones difíciles
Dos puntos clave:
- Identificar situaciones complejas
- Equípate con herramientas y métodos para el mayor número posible de situaciones
El caso de Stéphane
"En mi anterior trabajo como directivo, me resultaba difícil posicionarme cuando surgían ciertos problemas. Por ejemplo: un empleado que se retrasa con un plazo, otro que se pasa el día en la máquina de café, alguien que impone su forma de pensar a los demás... La comunicación interpersonal no era mi punto fuerte. Tendía a enfadarme e incluso a gritar. Todo el equipo se puso en mi contra y perdí mi trabajo.
Reflexioné mucho para analizar lo que había ocurrido. Esto me llevó a cuestionarme y empecé a trabajar sobre mí misma. Además de apoyo personalizado, hice cursos de gestión del estrés y las emociones. Los resultados están ahí. Ahora tengo otro puesto directivo en otro sitio. Y me va muy bien porque he identificado mis necesidades y soy capaz de gestionar mis emociones. De hecho, he aprendido a expresar mi enfado de forma constructiva: diciendo las cosas con franqueza pero en un tono tranquilo y utilizando un lenguaje apropiado. También sé escuchar mucho mejor. He aprendido mucho sobre mí mismo al aprender a situarme correctamente. En definitiva, ¡es una bendición!
[Formación] Controle sus emociones para ser más eficaz
¿Cómo puede trabajar su postura directiva?
Conseguir el posicionamiento adecuado para su equipo requiere inversión. He aquí 6 áreas clave para trabajar en su estilo de gestión:
Ámbito 1: Comprender, gestionar y expresar las emociones de forma constructiva
Ámbito 2: Perfeccionar la escucha activa
Esto significa dejar que la otra persona se exprese completamente, abstenerse de cualquier interpretación, permanecer neutral...
[Formación]
Desarrolle su eficacia interpersonal mediante la escucha activa
Canales de comunicación, sincronización... un acercamiento a las técnicas y posturas que funcionan.
Ámbito 3: Desarrollar su capacidad de observación y análisis de cada uno de sus compañeros, conociéndolos mejor.
→ Ponerlo en práctica: organizar un evento "vive mi vida".
Eje 4: Demostrar empatía
En otras palabras, póngase en su lugar, adáptese a ellos y a su forma de trabajar, y tenga en cuenta sus necesidades individuales.
Ámbito 5: Actuar éticamente
Significa dar ejemplo, cumplir nuestros compromisos y tratar a todos con equidad.
Área 6: Aceptar retos, estar abierto al aprendizaje continuo y tratar de evolucionar...
Esto significa informarse, formarse, hablar con otros directivos, conocer sus experiencias y soluciones alternativas...
En resumen, una buena actitud directiva tiene muchas ventajas. Por un lado, ayuda a crear cohesión de equipo en el día a día. En segundo lugar, fomenta la motivación y la inteligencia colectiva, al desarrollar el respeto mutuo y la interacción constructiva. También ayuda a gestionar las situaciones difíciles de la manera más eficaz posible. Como resultado, el equipo será tanto más eficaz y productivo.