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Carisma al servicio de tu liderazgo directivo

Publicado el 12 de diciembre de 2023
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El carisma es uno de los pilares del liderazgo: hasta aquí todo el mundo está de acuerdo. Pero ¿qué es exactamente el carisma? ¿Cómo puede ayudar al directivo a llevar a cabo su misión? Y si no se nace “carismático”, ¿cómo se puede desarrollar este talento? Elementos de respuesta con Julien Haucourt, experto en gestión y comunicación.

Carisma para el liderazgo directivo

¿Qué es el carisma? Cada uno tiene su propia definición. Un aura, presencia, confianza en uno mismo o incluso soltura bucal. El carisma es una cualidad que poseen los líderes pero que sigue siendo difícil de definir. En griego antiguo, carisma significa “don, favor, gracia de origen divino”. A principios del siglo XX, el sociólogo alemán Max Weber la definió como la “autoridad de un líder, sentida basada en ciertos dones sobrenaturales, y basada en la elocuencia, el espectáculo, la fascinación, etc. ".

Por un lado, el carisma de los directivos y líderes modernos estaría vinculado a una calidad del comunicador. Por otro lado, también dependería de la percepción que tenga el interlocutor u observador de la persona carismática. Una certeza: el carismático gerente exuda sobre todo, confianza. Se siente cómodo y tranquiliza a sus interlocutores. Generalmente, la persona carismática es entusiasta, motivada, elocuente, visionaria y sensible hacia los demás. Cualidades, habilidades interpersonales e incluso soft skills muy ligadas al liderazgo.

Carisma gerencial, ¿para qué sirve?

El carisma permite al directivo convencer, guiar y conducir a su equipo hacia un objetivo concreto con mayor facilidad. Por tanto, no sorprende que ésta sea la primera cualidad que se busca en un directivo.

Y si tomamos como ejemplo a los directivos, quienes mayor impacto han tenido en sus empleados son aquellos que saben saludarlos y tomarse el tiempo de venir a verlos para preguntarles cómo están. No en una estrategia planificada de benevolencia, sino a través de autenticidad y sinceridad de corazón.

Y así, André*, ex director de industria, fue reconocido por sus cualidades humanas. La atención que prestaba a todos sus empleados potenció su carisma y le convirtió en un líder indiscutible. ¿Su método? Conozca a sus colegas en las líneas de producción, tan pronto como su agenda lo permitió. De este modo mantuvo un fuerte vínculo con el personal operativo y el terreno.

Otro ejemplo: Fabrice*, director de RR.HH. transitorio, está acostumbrado a ocupar puestos que naturalmente despiertan la desconfianza de los empleados. Y por una buena razón: generalmente interviene en tiempos de disturbios. Su método: pasar sistemáticamente dos o tres semanas inmersos con los empleados para comprender mejor su vida diaria. Este modo de funcionamiento le permite identificar rápidamente los problemas reales y, sobre todo, facilitar la comunicación con sus distintos interlocutores gracias a un legitimidad relacional.

Estos dos líderes tienen, por tanto, en común una primera cualidad: la escucha, esencial para una buena comunicación. El segundo consiste en una capacidad de influencia gracias a una legitimidad reconocida.

Ventajas y desventajas del carisma gerencial 

El carisma gerencial permiteestablecer su liderazgo y, por tanto, su legitimidad. Esta es una ventaja innegable para cualquier entrenador que quiera ayudar a su equipo a progresar. Y más aún en un momento en el que prevalece el individualismo, tendencia que debería confirmarse con la llegada de nuevas generaciones al mercado laboral.

Pero, ¿puede el carisma directivo tener también desventajas?

Más allá de las guerras del ego que todavía plagan con demasiada frecuencia todas las estructuras humanas, la verdadera desventaja del carisma gerencial es para el empleador. Cuando un gerente carismático deja su puesto por otras funciones u otras estructuras, puede resultar difícil reemplazarlo. Los grandes líderes dejan huella y dejan huella en los equipos y trabajos que han podido supervisar. En una era de estandarización de prácticas, esto puede parecer contraproducente. No es tan.

De hecho, por Superar el desafío de reemplazar a un gerente carismático., la empresa tiene varias opciones:

  • En primer lugar, fomentar la colaboración y la transmisión de los valores organizacionales en toda la estructura jerárquica. El objetivo: anticiparse para mitigar el impacto de la salida de un líder carismático.
  • Pero también invierta en la formación de los empleados para garantizar una reserva de líderes potenciales. Estarán listos para hacerse cargo y perpetuar la visión y la cultura de la empresa.

4 claves para desarrollar tu carisma

Algunas personas parecen tener un carisma “natural” o innato. Pero, en realidad, se puede aprender. Buenas noticias: ¡todos pueden desarrollar su carisma!

1 – Valores, una visión

Sepa hacia dónde va y sea usted mismo, fiel a sus valores. La visión y la integridad se encuentran entre los componentes principales del liderazgo, según Brian Tracy, escritor, orador y consultor especializado en desarrollo personal. En realidad, nadie quiere seguir a un directivo que parece estar navegando por aguas turbulentas.

2 – Asertividad

Afirmate, con respeto a los demás.

Daniel*, director de marketing, tuvo muchas dificultades para afirmarse y posicionarse. Al encontrarse entre la dirección y sus compañeros, tenía la sensación de estar “entre la espada y la pared”. Su falta de confianza y su postura lo desacreditaron tanto ante su equipo como ante su dirección. Entrenando en asertividad le permitió encontrar un mejor posicionamiento.

3 – Buena preparación

Prepárese ! Estar cómodo en todas las circunstancias requiere trabajo y preparación. Para sentirte seguro, primero debes dominar tu tema.

La persona carismática muestra una forma de confianza y serenidad porque sabe de lo que habla. No hay lugar para la vacilación.

4 – Comunicación no verbal

Postura, mira… El comunicación no verbal es esencial para el líder carismático. En las culturas occidentales, la mayoría de las veces, una mirada furtiva es sinónimo de miedo, ocultamiento o inquietud. Entonces, ¡mira a tus interlocutores!

Ejemplos:

  • Émilie*, directora administrativaTenía dificultades para gestionar la presión y sus emociones. Su postura estaba contaminada, ya que adoptó la apariencia de una víctima. El trabajo de sofrología y oratoria le permitió primero modificar esta postura, por el bien de su equipo y el desempeño de todos. También recuperó el control de su cuerpo mediante la respiración. Finalmente, su trabajo sobre la postura, particularmente la verticalidad, le permitió ocupar mejor el espacio y ganar estabilidad física y emocional.
  • Sylvain*, experto en excelencia operativaTenía un defecto en la postura y en la mirada que transmitía a los demás la sensación de una actitud desagradable. Al cambiar la inclinación de la cabeza cuando habla y luego al trabajar en la conexión con la mirada del otro, cambió completamente la impresión que daba cuando hablaba. Así pudo recuperar la confianza en sí mismo.

Aunque las opiniones difieren sobre los fundamentos del carisma, hoy en día es difícil para un gerente prescindir de él. El liderazgo carismático facilita la misión del directivo, actuando como un verdadero impulsor de las relaciones humanas. El hecho es que el carisma no aparece con el movimiento de una varita mágica. Por el contrario, se basa en habilidades interpersonales que se aprenden con el tiempo y se fortalecen con la experiencia. En conclusión, la sinceridad, la autenticidad y la comunicación adecuada son las mejores bases para un liderazgo carismático y eficaz.

*Los nombres han sido cambiados para mantener el anonimato de los participantes.

Nuestro experto

Julien HAUCOURT

Gestión, comunicación

Después de 15 años en comunicaciones y luego en recursos humanos, apoya [...]

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Asertividad y firmeza