El final de la vida es un periodo complejo, marcado por intensas emociones tanto para los pacientes como para los profesionales sanitarios. ¿Cómo influyen las emociones de los cuidadores en la calidad de la atención prestada a los pacientes de cuidados paliativos? Lilia Campagna, enfermera y ejecutiva sanitaria, explica las emociones que sienten los profesionales sanitarios y cómo gestionarlas en este contexto específico.
Final de la vida y atención al paciente
El final de la vida es un momento crucial en el que los cuidados deben adaptarse a las necesidades específicas de los pacientes.
Los cuidadores desempeñan un papel esencial en la prestación de estos cuidados. Dan la bienvenida a los pacientes y sus familias y escuchan sus necesidades y preocupaciones.
Crean una alianza terapéutica basada en la confianza en :
- proporcionar una atención adecuada
- tener en cuenta el dolor, los síntomas y las necesidades psicosociales de los pacientes
Los cuidadores también están presentes para aliviar el sufrimiento emocional de los pacientes y sus familias, al tiempo que gestionan su propia carga emocional para mantener un equilibrio en la relación cuidador-paciente.
[Formación]
Cuidados de apoyo y final de la vida
Los cuidados al final de la vida son una cuestión de buena práctica profesional y requieren un enfoque multidisciplinar. Mejore su conocimiento de las múltiples y específicas necesidades de los pacientes al final de la vida, defina cada papel en un equipo multidisciplinar y desarrolle sus habilidades en el apoyo a estos pacientes.
Las emociones de los cuidadores: definición e impacto en la relación cuidador-paciente
Como ejecutivo sanitario, a menudo observaba a enfermeras insatisfechas con los cuidados que prestaban a pacientes al final de la vida. Estas experiencias despertaban emociones fuertes. Recuerdo a una de ellas. Me contó su frustración por no poder estar presente cuando la señora D exhaló su último suspiro, una paciente que no tenía familia a su lado.
Hay varias razones para este descontento:
Demasiada carga emocional
Falta de tiempo
Comunicación difícil
Falta de recursos
Conflicto de valores
La combinación de estos factores puede llevar a los cuidadores a percibir su atención como decepcionante.
Las emociones son reacciones psicofisiológicas que influyen en el comportamiento y las interacciones. Para los cuidadores, estas emociones pueden ser variadas: compasión, tristeza, ira, ansiedad. A menudo están relacionadas con la empatía hacia los pacientes.
Para ello, el habilidades emocionales son esenciales en la relación asistencial. Saber reconocer y comprender las emociones expresadas por los pacientes permite adaptar los cuidados a sus necesidades emocionales. Este enfoque refuerza la confianza y el intercambio de información entre pacientes, familiares y cuidadores, contribuyendo a mejorar la calidad de la asistencia.
La cuestión de la distancia adecuada: entre empatía y profesionalidad
Mantener una distancia profesional sin dejar de ser empático es un equilibrio sutil. Este delicado equilibrio implica permanecer emocionalmente presente sin implicarse en exceso, al tiempo que se ofrece un apoyo genuino y humano.
Ejemplo
Imagínese a una enfermera que trabaja en una unidad de cuidados paliativos. Está atendiendo a un paciente anciano, el Sr. F, que padece un cáncer terminal. El Sr. F está ansioso, sufre dolores intensos y expresa miedo a la muerte. El enfermero siente empatía por él y quiere consolarlo. Se toma el tiempo necesario para escucharle, cogerle la mano y explicarle los tratamientos. Sin embargo, también sabe quedeben mantener cierta distancia emocional para seguir siendo profesionales. No puede permitir que sus propias emociones le abrumen, ya que esto podría afectar a la calidad de la atención. Por eso busca el equilibrio entre empatía y profesionalidad, ofreciendo al Sr. F. un apoyo cálido y respetando su dignidad y tranquilidad.
La distancia emocional adecuada permite a los cuidadores estar presentes para sus pacientes al tiempo que preservan su función profesional.
Gestión de las emociones: estrategias para afrontar situaciones difíciles
Apoyar a los pacientes al final de la vida es una tarea emocionalmente exigente para los cuidadores. En primer lugar, tienen que llevar a cabo un trabajo emocional.
Los cuidadores tienen que regular sus emociones internas al tiempo que muestran emociones acordes con las normas profesionales (respeto, empatía, calma, paciencia, optimismo, etc.). Esto puede resultar difícil, ya que se enfrentan al sufrimiento físico y psicológico, a la muerte y a cuestiones existenciales.
En segundo lugar, deben formar parte de un autoconciencia reflexiva. Los cuidadores deben cuestionarse sus emociones, preguntarse cómo se sienten y cómo deben gestionarlas para mantener una relación de confianza con los pacientes. Hay una serie de herramientas que pueden ayudarles a hacerlo: meditación de atención plena, llevar un diario, leer libros sobre desarrollo personal, etc.
Ante momentos emocionalmente intensos, los cuidadores pueden adoptar diferentes estrategias como supervisión clínica que permite a las personas hablar con compañeros o psicólogos para expresar sus emociones y encontrar soluciones.
Ejemplo de supervisión clínica: el testimonio de Lilia Campagna
Cuando era enfermera, tuve la oportunidad de participar en una de las sesiones de supervisión que ofrecía el psicólogo de la planta. La sesión comenzó con la bienvenida del psicólogo, que nos recordó las normas de confidencialidad y respeto mutuo. El ambiente era cálido y cordial. Cada participante expresó brevemente su estado emocional y mencionó si tenía alguna situación particular que compartir. Esto nos permitió identificar los temas urgentes o delicados que debíamos abordar.
A continuación, una de mis compañeras de enfermería describió un caso reciente: un paciente en fase terminal que expresaba su pesar y sus temores ante una muerte inminente. Compartió sus propios sentimientos de tristeza y su dificultad para responder a las necesidades emocionales de este paciente. Escuchamos atentamente a nuestra colega y luego validamos sus sentimientos, reconociendo la dificultad y el impacto emocional de esta situación.
A continuación, el grupo analizó el caso y debatió los distintos enfoques terapéuticos posibles. Algunos de nosotros ya habíamos tenido experiencias similares.
Compartir esta experiencia ayudó a crear solidaridad y a mostrar que estas emociones son normales y compartidas. Juntos elaboramos un plan de acción para ayudar a nuestra colega a gestionar mejor sus emociones y apoyar a la paciente.
También debatimos la posibilidad de implicar apoyo psicológico para los pacientes y sus familias. La sesión terminó con una ronda final en la que todos tuvieron la oportunidad de expresar lo que habían aprendido de la sesión. La psicóloga resumió los puntos clave y agradeció a los participantes su compromiso y participación.
Trabajar la atención plena puede ser una forma de ser más consciente de tus emociones sin juzgarlas, para que puedas gestionarlas mejor.
Finalmente, formación continua enseña técnicas de gestión del estrés y de comunicación para mantener el equilibrio emocional.
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- Aprender a valorarse
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Formación
Refuerce su benevolencia con la Comunicación No Violenta
- Ten en cuenta tus emociones y necesidades para "decir la verdad".
- Desarrollar su presencia y asertividad
Experimentar lo que es realmente la empatía, con uno mismo y con los demás.
En definitiva, es fundamental tener en cuenta las emociones de los cuidadores si queremos ofrecer una atención de calidad a los pacientes al final de su vida. Los profesionales sanitarios deben ser conscientes de sus emociones, gestionarlas y mantener una relación empática respetando su función profesional. Cultivando esta sensibilidad emocional, contribuirán a proporcionar consuelo y apoyo a los pacientes y sus familias en este delicado momento.